30 de agosto de 2010

POEMA ME RINDO

Me Rindo

Después de palmo a palmo contemplarte
Quise llevar la expresión de tu mirada
Al papel que paciente espero mi arte
Cuan espera creyente del redentor llegada

Las musas me escoltaron cuan soldados fieles
Me dio rayos de luz para iluminarme
El alba que igual me mostró flores y mieles
Musas y alba decidieron con afán ayudarme

Puso a mi merced su brillo el diamante
Como vivo ejemplo en mi buscada descripción
Las ciguas su inquietud y su ser vibrante
Pusieron humildemente a mi disposición

Me dieron sus puras aguas los manantiales
Me dio el atardecer su intensa hermosura
La noche me dio su luna y misterios geniales
Las abejas me dieron de su miel la dulzura

Me ofertaron la fuerza unidos los felinos
Me ofertó su profundidad el mar intenso
Me ofreció el ruiseñor la magia de sus trinos
Me trajo el viento del renacimiento versos

Los caminos me ofrecieron sus mil historias
El arco iris me prestó sus bellos colores
Neruda me prestó la pluma de sus glorias
Gardel me habló de los tangos a sus amores

Picasso me obsequió su más versátil pincel
Iglesias su mas romántica y tierna canción
Me prestó Miguel Ángel su sin igual cincel
Para poder tallar de tu mirar la expresión

Y con todo lo citado a mi entera disposición
No he sido capaz de llevar la hermosura
De tu mirada y su sin igual atónita expresión
Causa deliberada y puntual de mi bella locura

Me rindo al no hallar en mieles de flores
Dulzura que se compare a esa en ti reflejada
Me rindo porque no igualan los sendos colores
Hasta la brillantez del diamante es opacada

Me rindo porque la hermosura del atardecer
Belleza capaz de invadir mis cinco sentidos
Con la faz que hace hasta mis venas estremecer
No se compara, en mi corazón vibran los latidos

Me rindo por no haber en mí ni en los felinos
Fuerza para poder un instante dejar de pensarte
Si ocupas mi mente, mi ser, mi vida y destino
¿Dime entonces con que tiempo puedo dibujarte?

Como escribir un verso si palabras no existen
Para expresar tu angelical providencial belleza
Ante ella Martí, Rubén Darío y Neruda desisten
Perderían ante tu dulce mirar su natural destreza

Me rindo porque en celeste blanco del paciente papel
Solo pueden ver mis aturdidas pupilas emocionadas
El matiz inconfundible de la sonrisa del ser aquel
Que venció mis prisas, y me dejo el alma enamorada

Ing. Fausto Estevez

1 comentario:

Unknown dijo...

excelente versos un abrazo