Me estrechaste contra tu cuerpo
Cuan si quisiera que estrechara
De tu corazón: sus voces sus ecos
Su latir, que con nada comparara
Acarició la mía tu dulce mirada
Con sin igual, mágica divina pasión
En ella leí, todo cuanto callada
Decirme quisiste con cálida emoción
Contemplé abrirse un portal al cielo
Al ver posar tus labios entreabiertos
Y luego, como del alma siendo espejo
Tu sonrisa me hizo soñar despierto
Un nuevo abrazo guiado por instintos
Volvió a fusionar nuestros cuerpos
Confieso fue el instante mas genuino
Para ser libre de un sentimiento preso
De las tiernas miradas sus caricias
Nueva vez nuestros rostros iluminados
Recibieron la paz y la inmensa dicha
Al confundirse y sentirnos enamorados
Si ese espacio por demás concurrido
De pronto llegara a ser solitario
En ese instante, dijéramos convencidos
Adiós mundo, final de nuestro calvario
No hay comentarios:
Publicar un comentario